Mírame, no evadas tú responsabilidad, no eludas las consecuencias de tus pasos, sí has sido siempre tan valiente, no temas apretar el gatillo, no quieras evitar que te salpique mi sangre...
Escúchame, siente mi voz, el latido de mi corazón, escucha mis lamentos por haber tenido que llegar a esta situación...
Escúchame, mis sollozos retumbarán en tu cabeza por el resto de tus días, persiguiendote en cada recuerdo, en cada pensamiento...
Pruébame... y dime que aún quieres seguir con ello, que no has pensado ni tan siquiera por una milésima de segundo que ibas a echarte a atrás...
Pruébame, y luego deséchame, como un simple papel viejo...
Tócame, y piensa que hoy será el último día que puedas hacerlo, que nunca más podrás recorrerme, que nunca más formarás parte de mi mismo...
Huéleme, deja que mi olor entre y permanezca en tu recuerdo, deja que me convierta en un olor familiar, un olor que siempre te recordará a lo que fuimos, a lo que no fuimos, y a lo que dejamos de ser...
Y una vez no te quede ningún sentido por colapsar, haz el favor... y aprieta el puto gatillo de una vez.
Bang.
4 comentarios:
y el sexto ya es el "bang", no?
quien apunta?
interessant text amb bon us de les paraules y ritme. Convenceria a qui apunta de no disparar, segur!
Tens fusta d'escriptor!
PD: (B idem)
no todo el mundo tiene las pelotas para apretar el gatillo, es mas, casi nadie tiene los huevos de hacerlo...
saludos nena.
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