miércoles, 4 de junio de 2008

Cambiando el mundo...

Que el toro estoque al matador.
Que el preso encierre al guardián.
Que el sultán deje su trono al patán.
Que quede tuerto el don Juan.
Que arda el hielo y que el fuego calme la sed, que solo vea el cielo y que en el juego se pueda perder.
Que la única red que exista sea la del trapecista.
Que sonría el pesimista, que exploten los terroristas, que hable el mudo y que todos los charlatanes tengan en la boca un nudo.
Que todo se vuelva crudo…
Que el vagabundo visite el banco del parque y que el banquero duerma en el banco del parque.
Que solo sean de cerveza los tanques.
Que el pez pesque al pescador, que el tigre dome al domador.
Que se guiñen los ojos y no para apuntar mejor, que el emigrante maltrate al policía.
Que de noche salga el sol y que de dí¬a queden las calles vacías, que se rompan las cruces y se abran las jaulas, que se eduque en la calle y se cierren las aulas.
Que las pistolas y rifles solo disparen agua, que no exista la palabra guerrilla en Nicaragua, que solo se diseñen modas y no drogas.
Que mañana sea ayer y que el tiempo se pare…
Que en las montañas se nade y se camine en los mares.
Que la televisión se prohíba.
Que no pueda arrepentirme de aquellas cosas que hice…
Que el sur sea el norte y que el norte sea el sur, que el cielo se transforme en gris que la tierra se vuelva azul.
Que se llore en los partos y se sonría en los funerales…
Que los ricos y famosos sean pobres desesperados.
Que solo venga al mundo aquel que quiera venir, que yo pueda salir de este cuerpo en el que me tocó vivir…
Que Africa sea tierra mágica y no trágica, que rompan las esbasticas, que lo diferente no provoque miedo.
Que se digan mas “te quieros “ que el amor gane al dinero, que los niños recuerden y que jueguen los ancianos.
Que los villanos sean héroes que los héroes sean villanos, que no suenen sirenas.
Que no se escuchen penas, que deje de fluir el rencor por nuestras venas, que el negro sea blanco y que el macho sea gay.
Que el indigente se convierta en el sultán de Brunei.
Que aquel que pida una mano no reciba puños, que se borren mis heridas, cicatrices y rasguños…

A pesar de todo… no se puede cambiar el mundo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojala se pudiera cambiar, ojala quede alguien que aun lo crea..
Por cierto, a que no sabes con que frase me quedo de todas esas?